Navas de Oro
(Segovia)
Una estrecha calle es el testigo mudo de buena parte de la historia y un sinfín de conflictos y disputas en Navas de Oro. A medio camino entre lo que fue la Comunidad de Villa y Tierra de Coca y la de Cuéllar, la localidad era la frontera natural entre ambas y eso marcó el devenir del municipio, durante años formado por dos barrios, dos pueblos distintos separados por unos metros, pero con normas y privilegios distintos, que incluso supusieron restricciones para sus gentes.
Las ordenanzas de la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar de 1499 y 1546 y las de 1583 de la de Coca fueron las que afectaron de manera más directa a la vida social y económica de Navas de Oro, fundada en el siglo XI durante la repoblación llevada a cabo por gentes del norte, y dividido de norte a sur y de río a río por el rey Alfonso X el Sabio el 29 de noviembre de 1256.
Y así permaneció durante siglos Navas de Oro. Una estrecha vía, hoy conocida como calle de la Raya, servía de separación entre dos barrios cuyas gentes obedecían a normas diferentes e incluso poseían hasta dos parroquias, lo que originó también un buen número de conflictos entre los feligreses de la de Santiago, en Navas de Oro de Coca, y la de Santa María, en el de Navas de Oro de Cuéllar.
Dos concordias
Las constantes disputas obligaron, ya en 1720 a firmar dos concordias para intentar apaciguar el caldeado ambiente. Una de carácter civil, para resolver los pleitos entre ambas comunidades, y otra eclesiástica, en la que incluso fue necesaria la intervención del obispo de Segovia para resolver las rencillas entre los feligreses, fueron el precedente más importante de la posterior unificación de ambos barrios y en las que ya se habla de la posibilidad de compartir pastos y de la conveniencia de que los vecinos tributasen en un solo pueblo.
Aún así habrán de esperar más de un siglo hasta la unificación, que en 1826 recibe un nuevo impulso con el escrito del subdelegado de montes de Coca en el que refleja que «se ocasionan grandes perjuicios forestales por hallarse el pueblo de Navas de Oro dividido en dos barrios».
Es en 1841 cuando los trámites para acabar con la segregación viven un momento crucial gracias a la intervención de la Diputación Provincial, que el 15 de octubre, solicitó al Gobierno que ambos se unan en un solo pueblo llamado Navas de Oro.
Después de una serie de trámites, los dos pueblos se reúnen en la Casa Consistorial de Navas de Oro de Coca para elegir un solo ayuntamiento -finalmente ubicado en ese barrio-, que comenzó a funcionar el 1 de enero de 1842, con Ramón Arévalo como primer alcalde de Navas de Oro tras la efectiva unificación de los que durante siglos fueron dos barrios.
Normas y beneficios comunes para los vecinos fueron el resultado de la unión, que también supuso el fin de las dos parroquias. La de Santiago fue la elegida para continuar con el culto, que aún acoge hoy, mientras que la de Santa María, por falta de uso, cayó en ruina y hoy solo una elevada e imponente torre sirve de testigo del pasado dividido en dos de Navas de Oro.